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España
Greenpeace ha remitido hoy al Ayuntamiento de Belmez (Córdoba) alegaciones al proyecto para la construcción de una planta de gasificación por plasma de residuos urbanos e industriales.
En los últimos meses, han surgido diferentes propuestas empresariales en Andalucía basadas en la quema indiscriminada de residuos bajo denominaciones tipo “arco de plasma, pirólisis o gasificación”, que pretenden esconder el término incineración e incineradora, denostados y rechazos por la sociedad.
Tras saber que la empresa Innovación y Nuevas Energías Andalucía SL había presentado un proyecto para construir una incineradora de residuos en Belmez (Córdoba), Greenpeace se puso en contacto con el Ayuntamiento para recabar toda la información sobre el mismo. Como en otros casos, los promotores han entregado una escueta memoria donde esbozan sus pretensiones, minimizan los problemas asociados a su actividad y se centran en demostrar los beneficios que supondría para Belmez autorizar la planta.
Las alegaciones de Greenpeace resaltan, sin embargo, como el proyecto presentado producirá graves efectos sobre la salud de las persona (no existen técnicas limpias de incineración de residuos). Son una importante fuente de contaminación ambiental que producen dioxinas y furanos, metales pesados (cadmio, mercurio, plomo, etc.), y compuestos orgánicos volátiles (tolueno, diclorobenceno, hexaclorobenceno y otras 186 sustancias más).
El proyecto reducirá la generación de empleo ya que apostar por el reciclaje y la recuperación material, de lo que se pretende quemar, crearía entre 7 y 39 más empleos que los previstos en la planta de Belmez. Además, incumple el Plan Director Territorial de Gestión de Residuos no peligrosos de Andalucía 2010-2019 y no es necesario energéticamente. También cabe destacar cómo proyectos similares han sido desestimados en otros lugares de España y Andalucía (el municipio de Huéscar, en Granada, descartó en mayo un proyecto similar) ya que se trata de técnicas extremadamente caras de implantar y mantener, y de las que no existen ejemplos de funcionamiento a escala industrial.
“Estos nuevos proyectos de incineración tratan de ocultar su verdadera actividad bajo otros nombres, con el fin de evitar el gran rechazo que esta técnica tiene en la sociedad”, ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace. “Pedimos al Ayuntamiento de Belmez que rechace frontalmente la planta incineradora, y apueste por la salud de sus vecinos y la sostenibilidad, velando por el bien común frente al beneficio económico de una empresa”, ha añadido.
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